Casas pasivas: Llegaron las casas autosuficientes.
Actualizado: 22 ene 2021
Las casas pasivas son una realidad y han llegado para quedarse. Cada vez son más las viviendas que obtienen la certificación de casa pasiva en Europa. A continuación, veremos todas las claves para que una casa pueda ser considerada autosuficiente.
Inmersos en pleno cambio climático, las casas pasivas o casas autosuficientes basadas en el estándar Passivhaus cobran cada día más protagonismo en nuestras vidas. Contar con una vivienda 100% independiente con el máximo confort y el mínimo consumo energético es cada día más fácil, ya que hay constructoras, como es el caso de sgARQ que se dedican en exclusiva a las construcciones de viviendas autosuficientes con soluciones arquitectónicas sostenibles. Pero, acabamos de entender lo que significa el concepto de “casa pasiva”.
Baja demanda energética
Una vivienda o edificio pasivo es aquel que ahorra energía. Hablamos de un estándar que nace en Alemania en 1991 y que combina un elevado nivel de confort interior con un consumo de energía muy bajo y un precio asequible gracias al máximo cuidado de la envolvente del edificio y a un sistema de ventilación controlada. Por lo tanto, nuestra casa debe lograr autoabastecerse utilizando métodos propios de generación de energía, calefacción o calentamiento del agua.
“Al disponer en su interior de aire filtrado no entra polvo ni polen y se reducen los molestos efectos de las alergias”
Siguiendo con el objetivo de conseguir que la demanda energética de nuestra vivienda sea baja, además de controlar los hábitos de consumo energético, la vivienda también tiene que estar bien orientada y aislada para poder aprovechar al máximo los recursos y reducir hasta un 90% el consumo energético respecto a una casa normal. Este tipo de vivienda cuenta con un diseño bioclimático, lo que asegura el confort con un mínimo de consumo energético.

Entonces, ¿con qué criterios de construcción podríamos encontrarnos?
Como no, el uso de un correcto aislamiento término de baja transmitancia que aísle la casa del exterior, impidiendo así, que el calor escape en invierno y que entre en verano.
Estanqueidad de los cerramientos de la casa con el objeto de conseguir un efecto de hermeticidad.
Cuidado con los puntos térmicos (conexiones de ventanas, puertas… con el resto de estructura de la vivienda que da al exterior).
Resulta muy buena idea recurrir a un triple acristalamiento para reducir pérdidas costosas de energía.
Y, finalmente, la ventilación mecánica con recuperación de calor de modo que ventile entre el 80 y 90% de la energía que está dentro del propio inmueble. Es decir, ventilar sin abrir ventanas, pero permitiendo que el aire que entra en la vivienda se climatice con el aire que sale de la misma.
Y con lo que hemos visto ¿Cuáles son los requisitos de una casa autosuficiente o vivienda pasiva?
El estándar Passivhaus o pasivo, en el caso de España, nos indica que la demanda de energía destinada a la calefacción o refrigeración debe ser menor o igual a 15kWh/m2 y que la energía primaria utilizada en el edificio no debe superar los 100kWh/m2 al año, incluidos otros consumos del edificio (electrodomésticos…). Por lo tanto, estamos ante un factor predominante de autoabastecimiento y generación de energía de manera autónoma para el autoconsumo. ¿Cómo conseguimos esto último? Recurriendo a un sistema fotovoltaico sea con conexión a la red o aislado. Recordemos que un sistema aislado requiere de un sobrecoste en baterías y de una fuente de apoyo (evitaremos riesgos relacionados con la falta de energía) como pueda ser un generador eléctrico o un sistema mini eólico.
No, no nos hemos olvidado de la hermeticidad al paso del aire, el cual debe garantizar la ausencia de condensaciones intersticiales en la construcción. Y esto, es un valor que seguramente nos lleva a cumplir con otro aspecto que es el confort acústico, algo de lo que en este país solemos adolecer debido a una contaminación acústica más elevada de la deseada, sobre todo en las grandes ciudades.
“Mayor confort o el bajo consumo de energía tanto para calefacción como para refrigeración, con mejoras de hasta el 90% respecto al consumo habitual de energía de un edificio nuevo”
Llegados a este punto, ya podríamos estar hablando de unas construcciones con un ahorro en la demanda de energía próxima al 90% y con muy bajas emisiones de CO2 (se estima que en torno a un 70% de reducción).

La aplicación de criterios bioclimáticos en la edificación puede desarrollarse con una buena orientación, una distribución adecuada, grandes acristalamientos con orientación sur, paredes y suelos de alta inercia térmica y estancias de poco uso orientadas al norte. Eso si, sin olvidarse de que los paneles solares tienen que posicionarse de tal manera que produzcan el máximo de energía posible. ¿Sabemos cuál es esa orientación? La orientación ideal es hacia el sur y la inclinación se establece entre 20 y 35 grados, dependiendo de la zona. Lo que es seguro, es que orientando los paneles hacia el sur se garantizan más horas de Sol directo.
Climatización. Un futuro que ya es presente
Otro punto importante es la climatización, aspecto que los edificios deberán cumplir en cuanto a condiciones de temperatura y humedad adecuadas. Todos somos conscientes de como las condiciones desfavorables en las que vivimos actualmente pueden llegar a provocar problemas de salud (falta de descanso, dificultades respiratorias, tensión arterial, etc.) y de ahí el ambicioso objetivo que se plantean las Directivas Europeas y de qué forma éstas, deben contribuir a mejorar la salud y calidad de los ciudadanos a través de un compromiso medioambiental.
Siguiendo con el repaso de aspectos que resultan notablemente importantes, debemos acometer el tema de la calefacción en sus dos vertientes:
La calefacción pasiva o aprovechamiento de fuentes de calor naturales (El Sol, calor generado por otros aparatos existentes en la vivienda –horno, lavavajillas, secadora, etc-. Su aprovechamiento eficiente dependerá primordialmente de un metódico aislamiento térmico de la vivienda.
La calefacción activa o métodos tradicionales como sistemas de aerotermia (extrae energía contenida en el aire exterior gracias a un sistema de bombas. Los equipos pueden extraer hasta un 75% de energía del aire que encontramos en la atmósfera y así, reducimos el uso de la electricidad para el equipo, utilizando solo al 25%) o suelo radiante que perfectamente puede estar abastecido por un equipo de paneles fotovoltaicos solares.
Dentro de la climatización, la ventilación mecánica (dispositivo integrado en el edificio que funciona con una central de ventilación forzando la extracción del aire para renovarlo y garantizar así la calidad óptima del aire interior) permite tener aire limpio constantemente en la casa. Recuerda que esta ventilación mecánica (VMC) deberíamos tenerla por confort, salud, eficiencia y por las nuevas directivas europeas de eficiencia energética que incitan a reducir los consumos energéticos en las viviendas.
“Realizar una ventilación de manera inteligente permite aprovechar la notable ventaja energética que ofrecen los mejores asilamientos disponibles en la actualidad”
Aislamiento térmico y acústico
El aislamiento térmico en las casas pasivas es clave. Quién no ha pensado alguna vez en cómo mejorar la retención de calor o frio en su vivienda y, por consiguiente, necesitar menos energía para climatizar convenientemente su hogar. Pues bien, hay varias formas de lograrlo (materiales celulares, materiales fibrosos y materiales granulares) entre otros. Cómo elegir uno u otro, es una cuestión que requerirá asesoramiento por los profesionales que trabajan en la construcción que, en definitiva, son los que mejor conocen dichas calidades y resultados en cuanto al empleo de un material u otro.
Pero, al inicio de este apartado hablábamos de aislamiento acústico, es decir, aislarnos del ruido procedente del exterior principalmente. Aunque hay que decir, que en este caso funciona en ambos sentidos (de otros vecinos al interior de nuestras viviendas). Pensemos que puede ser causa de molestias, incluso estrés o distintos efectos patológicos y psicológicos. Tanto los materiales como las técnicas de puesta en obra pueden ser muy similares en la mayoría de las situaciones para evitar ruidos de naturaleza aérea (se transmite por el aire y luego a las paredes) como por impacto (caídas de objetos, arrastre de inmuebles, etc…)
Las ventanas y las puertas ideales para casas autosuficientes
Estas son clave para un buen aislamiento térmico. Normalmente se emplean ventanas de 3 capas con marco de PVC. Además, las ventanas que se vayan a instalar tendrán que ser estancas en su conjunto, para reducir las pérdidas energéticas debidas a infiltraciones de aire, y el acristalamiento deberá estar correctamente sellado para garantizar que la cámara es estanca, y reducir así el riesgo de condensaciones en su interior. La orientación y su exposición al viento (la vegetación puede ser un gran aliado si lo que necesitas es proteger la vivienda de la exposición al viento) también importa. Estas pueden generar ganancias solares, pues las ventanas orientadas hacia el norte no van a tener los mismos beneficios que unas orientadas hacia el sur.

La ubicación y la calidad de las puertas ayuda a mantener la estabilidad del clima interior, por lo que resulta de vital importancia ante una ventilación accidental. La construcción de un porche cerrado, de manera que haya una ‘doble puerta’ que prevenga de la entrada de aire no deseado en el interior de la vivienda, también es un recurso eficiente. Por lo tanto, ventanas y puertas con rotura de puente término y alto nivel de estanqueidad, combinado con sistemas de protección solar, ayudaran a conservar el calor en invierno y el frio en verano.
Casas pasivas y certificación Passive House
En el Passive House Institute se puede obtener la certificación tanto en el caso de construcciones nuevas como para viviendas rehabilitadas. Una visita a su web nos aclara los factores esenciales sobre los que aplican sus criterios.
Aislamiento térmico.
Hermeticidad al aire.
Unas ventanas y puertas cuyos controles de calidad se ajusten a la certificación.
Tal y como hemos visto, es importante la ausencia de puentes térmicos (ejes o juntas por donde se nos pierde el calor).
Ventilación mecánica (flujo de calor entre la entrada y salida del flujo de aire) con recuperación de calor.
Todos estos puntos son los que hemos ido abarcando durante el desarrollo del artículo y que esperamos que, desde el esfuerzo desarrollado por nuestros expertos, les haya servido de base para futuras decisiones en su vivienda. No olvide consultar el Programa de fomento de la mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad en viviendas que regula las ayudas para obras de mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad de viviendas unifamiliares y edificios de tipología residencia colectiva.
Y tú, ¿piensas que ha llegado el momento de pasarse a una energía más limpia, económica e inagotable? El equipo de GMG estará encantado de escuchar tu opinión.
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